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Modales de mi piel /2011
Mascarada / 2007
Gentario / 2006
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Queremos agradecer a Javier Munguía habernos regalado unas horas de su tiempo para hacer este post como parte de la celebración de aniversario del blog. Es un enorme placer tener a una persona como él en The Itzel Library. Si no le conocen, les invitamos a visitar su blog, en el que nos deleita con sus hermosas reseñas. --Yel
Top 10
Diez de mis libros favoritos para The Itzel Library
Javier Munguía
Ante la amable invitación de la administradora de este blog, comparto y comento brevemente diez de mis libros favoritos. Debo aclarar, sin embargo, que estoy seguro de haber dejado fuera una buena cantidad de obras extraordinarias, que bien podrían haber ocupado un lugar en este listado. Diez es un número pequeño, de modo que la selección ha sido complicada. Para facilitar la tarea, me he limitado a elegir entre los libros escritos a partir del siglo XX. Pese a estas advertencias, no dudo al afirmar que las obras aquí mencionadas son algunas de las que más honda huella me han dejado. Ojalá que estas palabras inciten la curiosidad de otros lectores.
*Cien años de soledad (1967), de Gabriel García Márquez
Como es sabido, esta es una de las novelas cumbre de nuestro idioma. Pero no es su condición de clásico indiscutible el único atractivo que ostenta. No se trata de un libro aburrido ni ajeno a los intereses de los lectores actuales. La primera razón por la que debería leerse es lo entretenida que resulta. Desde las primeras líneas, su autor parece preocupado por conseguir y conservar la atención del lector; por ello, estimula su curiosidad a través de saltos en el tiempo que anticipan y ocultan información, de modo que sea difícil abandonar el libro antes de llenar los vacíos creados. Además de estar muy bien contada, Cien años de soledad parece constituir un mundo propio, autosuficiente, que a la vez nos habla del nuestro: de la explotación, del hambre de poder, de la envidia, de la crueldad, de la incomunicación, del desamor, de la soledad... En fin: de la materia de la que estamos hechos. Fue tal el impacto que tuvo en mí la primera lectura de esta novela (no la podía soltar, no quería hacer nada que no fuera seguir leyendo) que quizá sea ella la responsable de mis intentos por convertirme en un escritor.
*Conversación en La Catedral (1969), de Mario Vargas Llosa
Si tuviera que elegir uno solo de los libros que he leído, muy probablemente elegiría este. Por su parte, Vargas Llosa ha declarado que, de tener que salvar del fuego una sola de sus novelas, salvaría esta. Conversación en La Catedral es una novela ambiciosa y magistral. Su gran volumen, unas 700 páginas, no debería desalentar a nadie: no hay en el libro palabrería ni escenas fortuitas, sino más bien un puñado de historias conectadas de una u otra manera, cuyos protagonistas, de clases sociales diversas, tienen en común el vivir bajo un gobierno autoritario, ya sea padeciéndolo o sirviéndose de él para fines personales. No estamos ante una obra fácil, sino compleja, pero su complejidad no depende de referentes externos a la novela misma, sino de que el lector haga uso de su inteligencia y arme el rompecabezas narrativo que el autor le ofrece. El panorama que el libro presenta es un tanto desolador: nos muestra cómo una tiranía es capaz de corromper una sociedad entera; sin embargo, también nos incita (de forma indirecta, sin ser un panfleto ni caer en la obviedad) a defender nuestra libertad con mayor ahínco.
*El obsceno pájaro de la noche (1970), de José Donoso
Esta novela, la más importante de cuantas escribió el narrador chileno José Donoso, nos introduce desde sus primeras páginas en los terrenos pantanosos de lo indeterminado, de lo ambiguo, de la falta de certezas. En primer lugar, ¿quién narra el libro? ¿El Mudito? ¿Un narrador colectivo que representa a las viejas de un asilo? ¿Humberto Peñalosa? ¿Un ente misterioso que se dirige a los personajes desde un “tú”? Este despliegue de narradores no es gratuito, sino que apunta al conflicto central del libro: la crisis de identidad del protagonista, que siempre ha querido “ser alguien” según los parámetros sociales y nunca lo ha conseguido. Todo cuanto se nos narra pasa por el filtro de su mente o escritura atormentada, así que es muy difícil, si no es que imposible, determinar qué es real y qué es producto de sus alucinaciones o inventos. El obsceno pájaro de la noche apunta a los muchos yoes que hay dentro de nosotros y a la consistencia de nuestra vida interior, por más descabellada que parezca. Es esta una de las creaciones literarias más originales que he leído.
*El embrujo de Shangai (1993), de Juan Marsé
En esta obra amarga y dulce a la vez, Juan Marsé construye, además de una historia apasionante, pletórica de arriesgadas aventuras, una metáfora de cómo la ficción nos ayuda a sobrellevar las mezquindades de la realidad. El libro también ahonda en la idea de que crecer es corromperse, es renunciar a los ideales y más bien enfrentar las desilusiones de lo cotidiano. Una novela sencilla en su construcción, pero muy rica en significado.
*Cuentos completos (1994), de Julio Cortázar
La ternura, el humor y lo fantástico son algunos de los elementos característicos de los relatos del Julio Cortázar, el mejor cuentista que he tenido la fortuna de leer. Si bien este narrador argentino escribió poesía, teatro y novela, fue el cuento el género en el que consiguió ser un maestro. Sus volúmenes de relatos, publicados de 1945 a 1982, dan cuenta de ello. Tanto en la etapa en que no tenía más compromiso que la literatura como en la época en que se volvió un apasionado defensor de las causas sociales que consideraba más justas, Cortázar fue un cuentista de primera línea. que nunca confundió la ficción con un panfleto político, pese a su clara filiación ideológica (era un socialista convencido). En sus cuentos, lo cotidiano es invadido de pronto por hechos sobrenaturales que terminan por modificarlo. Así, no será raro encontrarnos en sus páginas a un hombre que vomita conejitos, o a otro que termina por convertirse en un animal que lo fascina, o a una mujer que se encuentra con su doble idéntica. Los lectores de estas historias deberán estar preparados para ser sorprendidos, sobre todo por esos finales rotundos que combaten cualquier atisbo de indiferencia.
*Santa Evita (1995), de Tomás Eloy Martínez
Esta novela es varias cosas al mismo tiempo: en primer lugar, una biografía novelada de Evita Perón en sentido inverso al orden cronológico; en segundo lugar, el relato de las andanzas del cadáver de Evita, que aun muerta sigue ejerciendo una fascinación irresistible; en tercer lugar, la historia de un novelista llamado Tomás Eloy Martínez en proceso de escribir la novela que leemos, Santa Evita. Varios planos narrativos se dan cita en este libro que convoca personajes reales, con sus nombres y apellidos, y los viste de ficción, de tal forma que resulta difícil distinguir la dimensión ficticia de la real. Poco importa, en realidad: en las grandes novelas, todo parece verdad aunque no lo sea, como en esta.
*Ensayo sobre la ceguera (1995), de José Saramago
Una epidemia de ceguera blanca invade una ciudad sin nombre. Para evitar más contagios, las autoridades recluyen a los infectados en un edificio que antes fue un manicomio. En ese lugar aflorarán tanto los instintos más bajos del ser humano como, aunque en menor grado, la empatía, la solidaridad e incluso el amor. Ese lugar se convertirá en una metáfora del mundo entero. Con su estilo característico (diálogos que se marcan no con guiones sino con una mayúscula inicial, narrador que hace visible su presencia y reflexiona sobre lo narrado), José Saramago deja sentada en Ensayo sobre la ceguera su visión del mundo contemporáneo. Aunque el balance puede resultar desalentador, el autor da cabida también a la esperanza, con lo cual la oscuridad no resulta excesiva.
*Soldados de Salamina (2001), de Javier Cercas
Soldados de Salamina le debe mucho a Santa Evita. También en la novela mayor de Javier Cercas hay un novelista en proceso de escribir la novela que leemos; su historia está inspirada también en hechos históricos (en este caso, la Guerra Civil Española), y los modelos de sus personajes aparecen en ella con nombre y apellido. El misterio que mantiene el interés del lector es la identidad del soldado republicano que le salvó la vida al escritor fascista Rafael Sánchez Mazas. Pero el libro es mucho más que una novela de suspenso: además de no dividir la España de la mencionada conflagración en buenos y malos, suscita una interesante y emotiva reflexión sobre el heroismo, no el de la épica, sino el que brota entre seres humanos comunes y corrientes.
*El olvido que seremos (2006), de Héctor Abad Faciolince
Este es un libro de memorias que también puede leerse como una novela, pues contiene todos los elementos necesarios para que su lectura se convierta en una experiencia con relativa autosuficiencia, sin necesidad de cotejar el texto con su referente real. En otras palabras, el libro seguiría siendo válido si todo lo que contara fuera inventado. Pese a ello, El olvido que seremos da cuenta de la violencia que asola Colombia, pero no desde la perspectiva de la estadística, fría y despersonalizada, sino desde la de un hijo que ha perdido a su padre. Este padre es la figura central del libro, un doctor poco solvente económicamente, defensor de los desprotegidos, que se nos presenta como el mejor de los padres, sin que el retrato resulte por ello idealizado. El lenguaje del narrador es emotivo, pero no cursi. Hay escenas de gran violencia, pero que evitan la truculencia. El lector terminará por querer al padre y compartirá, sin duda, la indignación y la rabia ante su injusta muerte, y el horror ante una sociedad amenazada, como la recreada en el libro.
*Demasiados héroes (2009), de Laura Restrepo
Una escritora y su hijo son los protagonistas de esta novela, la más reciente de la gran narradora colombiana Laura Restrepo. Madre e hijo viajan de Bogotá a Buenos Aires en busca del padre de este último, al que le perdieron la pista muchos años atrás. No solo son esta búsqueda y las inquietudes del muchacho ante el temido y a la vez deseado encuentro los motores que generan interés en la trama, sino también el secuestro del hijo por el padre cuando aquel era un niño y el pasado comunista de la escritora durante la dictadura militar argentina, época en la que conoció al que después se convertiría en el padre de su hijo. Estos tres planos, cada uno con su buena dosis de suspenso, se alternan para dar lugar a una novela tensa y emotiva sobre la eterna búsqueda del progenitor, el dolor de una madre ante el robo de su hijo, el heroismo y el amor aderezado de coraje y valentía ante la opresión. ¿En suma? La mejor novela de Laura Restrepo y una de las más destacadas de la literatura hispanoamericana reciente.
Una selección bastante interesante, no he leído ninguno de ellos, Cien años de soledad hace tiempo que esta en mi lista pero aun no se me ha dado, ojala pueda leerlo pronto.
ResponderEliminarbesos ^ ^
Excelente top 10!!
ResponderEliminarCien años de soledad le tengo unas ganas, a pesar de que es un clásico ya no lo he leído!!!! Pero me encanta García Márquez, así que tengo que leerlo!!!!
Julio Cortazar otro grande!!!
amm... me matan si no he leido ninguno??
ResponderEliminartodos suenan interesantes, y de seguro lo son
pero ni idea... a ver si me consigo 100 años de soledad que tanto suena :D
te leo!
o mas bien... las leo! (croe que por Paty ahora pondre eso u.u) xD