23 de abril de 2011

Leer es una aventura ¡Feliz día del Libro!



Ya había amanecido. Era un día como cualquier otro, de monótona convivencia, de trabajos indeseados, de sueños frustrados... sí, era como cualquier otro día. Me levanté de mi cama caliente y me encaminé a la ducha, pensando que tal vez, si era mi día de suerte, el trabajo no sería tan pesado. 

Veinte minutos después, estaba listo para un desayuno exprés, antes de que el bus fuera tan lleno que los olores se mezclaran en una fragancia insoportable que escocía mi nariz, simplemente al pensarlo. 

Salí de casa como siempre, con el tiempo contado, caminé una cuadra y luego otra, mis pensamientos embebidos en el trabajo por delante, en las cuentas del mes, en la visita a mis padres, el cumpleaños de María, mi vecina, la misma de la que llevaba años enamorado y tonto de mí, nunca me le había declarado. Lo haré mañana, me decía; pero ya pasaron lluvias torrenciales desde que me dije eso.

Me detuve en la parada de la ruta 58 y observé a los edificios grises que me rodeaban, imponentes y fríos, tan impersonales como el señor que estaba junto a mí esa mañana. 

-Buen día -le dije. No me contestó, ni siquiera miró en mi dirección. Puede ser sordo, pensé. O tal vez, no quiera contestarme, tampoco sería extraño en este mundo en que vivo.

Cuando conseguí llegar a la oficina, saludé a Henry, el vigilante y sin esperar su inexistente respuesta, corrí a mi oficina. El elevador se cerró y las puertas de metal me devolvieron mi reflejo, pensé en mí, en mis ojos negros cansados, mi cabello castaño con el mismo peinado de lado que he llevado desde que tengo uso de memoria. ¿Por qué la vida es tan aburrida? Ni los deportes, ni los programas televisivos, nada conseguía animarme. ¿Qué hacía la gente hace años, para ser feliz? 

El ruido del elevador al detenerse en mi piso me devolvió a la realidad. Me dirigí a mi computadora y revisé el boletín de la empresa. 

Junta urgente 
Sala general
8: 10 am

Suspiré de aburrimiento y me dirigí a la sala general. Ya todos estaban ahí, todos con los mismos rostros opacos y sin vida que había visto todos estos años. Nadie me saludó y nadie pareció verme, yo hice lo mismo. Supuse que todos nos ignorabamos deliberadamente. 

-Buen día, damas y caballeros -dijo el Lic. Raúl, el jefe de la empresa-. Les hemos convocado a una reunión, porque el gobierno de la república ha recibido un comunicado urgente de las Naciones Unidas -hizo una pausa y giró su rostro para ver a todos los presentes-. Un grupo de científicos dice, que si los gobiernos no hacen nada por frenar este desinterés que se ha generado en la población mundial, pronto seremos un puñado de zombies...

Desconecté mis oídos de su charla de una vía, me pregunté si el jefe creía que alguien le estaba prestando atención, seguramente tampoco le interesaba. Dediqué esos pocos minutos a explorar la habitación, y entre trajes de diseño de los mismos colores: café, gris, negro y azul. Unas pocas faldas, pues parecía que los pantalones estaban de moda desde hacía décadas. Pies impacientes que golpeaban débilmente el piso; reparé en algo que antes no había visto, al fondo de cuarto, unas enormes cajas tenían grabadas la palabra "Heilung" -la cura-. Mis pocos conocimientos del alemán servían de algo.

-La cura -dijo el jefe y eso devolvió mi atención a él-, fue creada por científicos de los laboratorios Zeit zum Lesen* y van a ser distribuidos en todas las naciones. Desde hoy, por decreto oficial, todos tienen que dedicar una hora obligatoriamente a beber la cura.

Unos hombres que no había visto antes, entraron por la puerta trasera y nos sonrieron. Se dirigieron a las cajas y comenzaron a abrirlas. Sonrisas. ¿Sonrisas? Hacía demasiado tiempo que no sabía lo que eso significaba, las sonrisas aparecían en el diccionario digital como "Extintas". Pero, por lo visto, los que hicieron el diccionario se equivocaron. 

Los hombres avanzaron y de uno en uno nos fueron entregando unos paquetitos, abrí el mío y me quedé observando ansioso el contenido. Lo saqué del envoltorio, y lo admiré. Era suave y pesado a la vez, lo llevé a mi nariz y me devolvió un olor indescriptible y aún así, sólo con olerlo despertaba en mí algo extraño, una emoción que pensé que no sentiría de nuevo. Mis ojos se humedecieron sin poder evitarlo. 

-¿Qué es ésto? -pregunté.

-Es la cura, se llama libro.

-Libro -repetí la palabra y la saboreé en mi boca.

Vi la cubierta. Una pareja. Estaban sentados en lo alto de una montaña, viendo hacia el horizonte, sus rostros se veían tan en calma, tan felices, que casi sentí que me salían lagrimas de nuevo. Leí el título una vez y luego otra, finalmente lo dije en alto, casi como si no consiguiera que mi cerebro las procesara.

-Leer es una aventura, diviértete leyendo. 

El hombre que nos entregó el paquete se me acercó, su rostro con esa enorme sonrisa me desconcertaba. 

-¿Por qué sonríes? -le pregunté.

-Es la cura -me dijo-, una vez que leas lo que el libro contiene, no te sentirás mas solo, conocerás mundos nuevos, lugares distantes, costumbres y culturas desconocidas. Te sentirás parte de ellas y cuando no haya nadie que esté contigo, el libro lo estará y en sus páginas encontrarás la alegría y el sosiego que tanto has buscado en tu vida. Estamos ante una nueva era, amigo.

Le creí. 

Mis dedos acariciaron el libro -qué hermosa palabra, pensé-, lo abrí y dejé que sus letras me sumergieran en sus mundos. 

Un libro y luego otro, y así, hace ya dos años que el mundo, recordó como sonreír.


__________________
*Zeit zum Lesen: tiempo de leer.


-Este relato pertenece a Yelania (o sea yo) y no puede ser usada bajo ninguna circunstancia sin mi autorización. Es una obra de ficción, producto de mi imaginación y escrito con mucho amor para todos mis lectores.

Licencia de Creative Commons
Diviértete leyendo by Yelania (The Itzel Library) -LYVG is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.



Perdón por cualquier falta que haya, lo acabo de escribir, se me ocurrió sobre la marcha. No sabíamos que post hacer para el día del libro y de pronto se me ocurrió ésto, espero que lo hayan disfrutado.


Feliz día del libro!!


Y no se vayan sin anotarse a los concursos que tenemos para ustedes

15 comentarios:

  1. Feliz día de los libros, excelentes concursos y te deseo excelentes lecturas!!

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  2. Feliz Día del libro!!!
    espero nunca se acabe la imaginación y sigamos disfrutando de la lectura

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  3. Feliz día del libro y de la tierra, bay.

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  4. Feliz día del libro y de la tierra, bay.

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  5. Feliz día del libro linda!!
    no sabia que escribías, me gusto mucho en verdad!!
    besos ^ ^

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  6. ¡Que hermoso el relato!
    Lo amé <3

    ¡Besotes Yel y feliz día!

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  7. Dios!!! Me ha encantado!! Que hermoso relato, muy bonito!!!!!
    Felíz día del libro!!!!!!

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  8. Feliz día para todas también!! Qué bueno saber que les gustó el relato.

    Un abrazo :)

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  9. Feliz día del libro Yel!!! Me encantó tu relato ojala algún día pueda escribir yo algo =D. Salu2!

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  10. ohhh que hermoso escrito!!!!! un abrazo y un feliz dia para todos!

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  11. Como he disfrutado este relato!!! Feliz día (un poco atrasado) a ustedes también.
    Un beso nenas!!!

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  12. Me ha encantado, es precioso el relato.

    Un saludo y sigue escribiendo así de bien

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  13. aunque tarde, feliz dia del libro!!!!
    y hermoso relato :D

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